29/5/09

BUCO

BUCO era el nombre del perro de una extraordinaria familia de muy buena gente, amigos de mi familia durante muchos años en Alicante. Estaban formado por un matrimonio de catalanes de los muy buenos, y tenian 8 hijos, todos varones.

El marido se llamaba Antonio, y era un buscavidas increible, que cuidaba genialmente de sus hijos, que en la epoca en que les conoci, tenian hijos pequeños de pocos años, a un hijo que rozaba los veinte años de edad.

Antonio se dedicaba principalmente a la venta ambulante, con un camion grande, mientras que su mujer, Maria Rosa, regentaba una tienda de ropa de bebes en el pueblo donde viviamos. Tambien montaron un megarestaurante, que no salio muy bien, y finalmente, se mudaron a Logroño, para montar una fabrica de ropa interior.

El caso es que tenian a Buco, que era el perro de la familia, y que llego a cumplir muchos cumpleaños velando por la seguridad de los peques, con los que yo jugaba de pequeño, en esa casa que me recordaba a las casas y chalets que hay en Florida, donde viven mis familiares del sector materno polaco.

Era un perro noble, que dormia dentro de la casa. Tenia algo de mastin de los pirineos, con pastor aleman, y capa anaranjado/rubio claro. Cuando se hartaron de vivir en Alicante, porque las cosas no les iban muy bien, pidieron a mi padre el favor de cuidar de Buco un par de semanas, para luego repatriarlo en el magnifico Ford Fiesta Festival de la primera serie (1982), nuevecito y con unos pocos miles de kilometros, hasta Logroño.

Mi padre acepto encantado, porque a dia de hoy, no puede decir una mala palabra sobre este admirable familia de gente buena. Como yo estaba de vacaciones, me ficho de copiloto, para mirar el mapa, y cuidar de Buco, que iba a viajar atras, con el asiento abatido, encima de un colchon.

Nos levantamos tempranito, porque teniamos practicamente un dia entero de viaje por unas carreteras bien malas, combinados con unos tramos de autopistas. Yo tenia 10 años, y mis ganas de ver mundo eran impresionantes, y asi siguen.

Buco apenas podia anda, y le quedaban pocos telediarios, pero el cabroncete sabia que volvia a casa, con los suyos. Le montamos atras, y se tumbo de forma que podia ver entre nosotros.

Pillamos la A-7 hasta Valencia, parando en mi sitio favorito para tomar warradas en la carretera, que es el area de servicio de LA SAFOR, antes de Valencia, por la Albufera. Ahi sacamos al bichico, y luego papi y yo tomamos un peasso de desayuno, compuesto por bocatas de tortilla y coca-cola, mientras mi padre tomaba su cafelasso con tostada de pan tomaca.

A partir de ahi, camino de Teruel y Zaragoza, nos toco ir por carreteras malisimas, pero con un bello paisaje en ese extraño año de 1982, en el que pasaron muchas cosas.

Vimos muchos guardia civil, pero no les llamo mucho la atencion un Ford Fiesta Festival con matricula de Alicante, conducido por un melenudo de gafas oscuras, y un crio pequeño, con un peasso de bicho atras de casi 40 kilos,lleno de pelos. No nos pararon, y doy fe que cruzar España sin enseñar papeles era inedito.

En fin, que me lo pasaba pipa con lo que veia, como la nieve en algunos sitios, o la gran cantidad de rios y charcos en esa zona. Este viaje era sin GPS, y cruzar Teruel o Zaragoza tenia su complicacion. El tercer pasajero se porto como un campeon, y llegamos al caer la tarde a Logroño capital.

De ahi teniamos que ir a un pueblo cercano, encima de una colina desde el cual se ve todo Logroño. Llegamos en olor de multitud, con el gran Buco que tenia claro que estaba con los suyos, y mas de uno se emociono al verlo.

Una vez aparcado el coche, Maria Rosa saco el zumo medicinal para mi padre, y mis amigos me llevaron a dar un garbeo por el pueblo en bici prestada.

Nos quedamos el dia siguiente, durante el cual yo monte mas en bici prestada, y vi una matanza de tres gorrinos tocinillos a los cuales les dieron pasaporte al lado de la casa de mis amigos. Les cortaron la yugular, los quemaron con paja, y luego no me dejaron ver nada mas. Los chillidos eran espeluznantes, pero desde ese dia, soy un tio duro de verdad.

Pero como el matadero estaba en una cuesta, una grasa combinada con sangre formaba un hilillo sospechoso que iba por unos surcos hechos en el cemento de la calle, que por el centro de la calle desembocaba en un viejo cementerio.

Buco no dejaba de juguetear y lamer a todos, y si pudiera hablar, creo que fue un gran dia para el volver con los suyos.

Volvimos, y el viaje de vuelta fue bastante llevadero, llegando a media tarde a Alicante. Vimos un accidente, de un coche con matricula de Alicante, a pocos kilometros de Zaragoza, pero era una tonteria de salida de via en un tramo de montaña.

Comi lo que me dio la gana, en las numerosas paradas para cafe y coca-cola, y mi padre nos compro un Land-Rover de juguete para mi hermano y para mi, que me gustaba un monton por las marcas de neumaticos que dejaba en el arenal junto a mi casa donde yo jugaba.

Buco murio poco despues, confirmado por una visita de Antonio en su camion, que tras un juerga con mis padres, quedo atrapado en un metro de barro delante de mi casa. Tuvimos que sacarlo con un camion de grandes proporciones, pero eso lo contare en otra ocasion.

Mi padre era el mas indicado para hacer un viaje tan delicado como ese, y mas hace 27 largos años. He hecho varios viajes muy curiosos con el, que te contare algun dia.