26/6/08

EL ULTIMO DIA DE SVEN GREEFF.


Estando en el cabo San Vicente, me encontre con esta pertubadora placa, en homenaje al joven turista aleman Sven Greeff, fallecido ahi en el 2001. Es un magnifico sitio para suicidarse, entre lo bello que es la zona oeste de Cabo San Vicente, y lo agreste y duro que es el paisaje que rodea al visitante.

Como lo prometido es deuda, investigue todo lo posible sobre Sven Greeff, con la ventaja de tener buenas nociones de portugues, aleman,ingles y castellano. Apenas he encontrado nada sobre este triste suceso. Basicamente, Sven Greeff se despeño por el alcantilado, a la tierna edad de 28 años.

Sus padres, y el pueblo de Sagres pusieron una placa en su memoria, avisando a los visitantes de la peligrosidad de los alcantilados que rodean la peninsula del Cabo San Vicente. Cuando lo vi, me quede un tanto sorprendido, y me ha dejado bastante pensativo estos dias.

No recuerdo haber visto nada parecido en ningun otro sitio, aunque por lo visto, hay una larga lista de placas de ese genero, repartidos por todo el planeta. En el Golden Gate, de San Francisco, por ejemplo, se suicidan varios San Franciscanos al año.

Supongo que Sven estaria trastornado por un amor no correspondido, o por la perdida de algun ser querido, alguien especial. Sagres esta a unos 3 kilometros del Cabo San Vicente, y llendo a una velocidad prudencial, esos tres kilometros te dan tiempo para pensar varias cosas.

He manifestado ayer a mi padre, que en caso de morir, me gustaria mucho que mis cenizas fueran esparcidas en el Cabo San Vicente. Por ahora, ese sitio esta ganando en mi quiniela por irme al otro mundo, utilizando como lugar de despedida, un sitio tan bello.

Quizas ese dia, Sven me cuente que le paso.

Mi busqueda sobre su triste final ha sido bastante exhaustivo, pero apenas hay referencias.

Yo apuesto que Sven, con el corazon roto por una mujer de tez morena, y melena azabache, con carnosos labios pintados de rojo pasion, no vio otra solucion. Tras intentar todo por recuperarla, y tener el corazon acongojado, pequeño, acelerado, opto por montarse en su viejo Renault 4, pintado de diferentes colores, y enfilo por la pequeña carretera que comunica el faro con el pueblo.

En la radio, sonaba Moro en Lisboa, de Madredeus..y aunque estaba amaneciendo, el cabo desplegaba todo su esplendor, con sus nieblinas bajas Atlanticas. Cuando llego, aparco correctamente su viejo Renault, y lo cerro correctamente, mientras de tanto llorar, no lloraba.

Fugazmente penso en los buenos ratos que le habia dado ese viejo coche, por gran parte de Europa, con Marinha, su amor no correspondido, que una noche de verano atlantico, le habia dicho que ya no le amaba mas, y que no habia ninguna posiblidad de volver atras en el tiempo.

Mientras Sven ahogaba sus penas en alcohol, durante las fiestas de un pueblo dcercano, los vio a los dos, acaramelados, de la mano, y comprendio que nunca, nunca, nunca mas volverian a estar juntos.

Ando nerviosamente a la zona del alcantillado, y miro el esplendor de lo que le rodeaba. Sintio una gran excitacion que le recorrio por todo el cuerpo, y comenzo a correr, por un pasillo hecho por los osados turistas que osan mirar hacia la inmensa verticalidad de las columnas que defienden Europa..

Se sintio libre, como un pajaro, y los segundos que estuvo en el aire, su vida paso por delante de el, como en camara lenta..vio escenas de cuando estuvo en el colegio, con sus abuelos, con su tito Markus, el militar, sus padres..y cuando su fragil y desgarbado cuerpo se estrello contra las rocas, todo quedo oscuro.

Sven noto como se elevaba, y sobrevolaba el impresionante Cabo San Vicente...

Desde luego, estoy seguro que su espiritu sigue presente, sobrevolando el Cabo, dia tras dia, avisando a los visitantes del peligro que supone enamorarse si tienes un corazon fragil y puro..

Descansa en paz, Sven.