Es surrealista, como muchas cosas de mi vida. Resulta que tengo una vecina, concretamente, la que vive encima de mi, que tiene la maldita costumbre de andar por todo su piso con tacones. Lo normal cuando uno llega a su casa, es quitarse el calzado de calle, y ponerse unas comodas chancletas para ir por la casa. Asi descansa el pie humano de las personas, y se evita que la suciedad de la calle circule por toda la casa. Pero esta buena mujer, desde que se levanta, hasta que se acuesta, lleva zapatos de tacon.
El tac-tac-tac de sus pisadas se pueden oir por todo el piso, y estando yo en la cama, he podido calcular en que partes de su domicilio estaba la mujer. Es bastante molesto, y posiblemente le diga algo el dia que me la encuentre. Porque curiosamente, hemos coincidido solo una vez, y en esa ocasion yo no estaba tan hasta los huevos como estoy ahora. Antes me hacia gracia, pero ahora me cabrea. Posiblemente lleve tacones porque presumiblemente puede ser que ejerza la profesion mas antigua del mundo, pero con la cara avinagrada y seca de mi vecina, sinceramente lo dudo. Ademas, el edificio es tan viejo, que el 'presunto' servicio lo tendria que cobrar en billetes de cinco euros. Vamos, que el edificio es de lo mas rancio y viejo que uno se pueda imaginar. De hecho, esperamos ser notificados en los siguientes meses de que van a tirar abajo el bloque, ya que entramos en un plan del ayuntamiento para que nos den uno nuevo, eventualmente, si los dineros no han sido 'absorbidos' por las obras del metro.
Aparte de eso, esta mujer se levanta de madrugada, y se pone sus tacones. Muchas veces me ha despertado a mi, y a mi niña. Es muy probable que sea tan ceporra que no se de cuenta de lo que molesta su taconeo constante, pero seguramente lleva una vida haciendolo. Me he fijado si otras vecinas llevaban tacones para salir a la calle, pero en el caso de los sudamericanos del ultimo piso, la mujer lleva siempre calzado deportivo o calzado blando. Aparte de los taconazos, en el piso superior los muebles se mueven muchisimo, a todas horas. Lo de arrastrar las sillas, o el ruido del colchon del somier son solo un aperitivo de los ruidos de este piso. En otras ocasiones, hemos oido el ruido de una sesion conyugal de deporte intimo, con el ritmico bombeo en silla, mesa y cama, ruidos de litronas en el suelo, y alguna que otra fiesta, que segun nuestros vecinos mas antiguos (el edificio tiene unos 46 años desde que se construyo, y estos vecinos llevan desde que el principio), han precisado la intervencion de las fuerzas del orden publico en varias ocasiones.
Mientras escribo estas palabras, estoy escuchando a la Taconitos andar por su salon, con sus tacones, por supuesto. Es una enferma, y no creo que cambie sus habitos taconiles si le digo algo. Le pusimos el mote, porque se me ocurrio llamar asi a todas las mujeres que conozco que llevan tacones. Es la derivacion de un mote de un personaje de un escritor que escribe articulos en el Pais Semanal. He tenido una vecina que hacia exactamente lo mismo, en un piso inferior de mi casa de Malaga. Esa, ademas, era y sigue siendo, una persona bastante desagradable. Solia volver de madrugada de trabajar, y cruzaba su vivienda, orinaba ruidosamente, y solo entonces se quitaba sus malditos tacones. Curiosamente, ella es bastante alta, asi que lo de llevar tacones no lo entiendo. Apenas nos saludabamos cuando me cruzaba con ella, y cuando me tiro mi preciosa y querida Vespa al suelo, maniobrando con su coche, ni me moleste en intercambiar los papeles del seguro con ella, de lo mal me caia la jodida vecina. Porque es una persona desagradable a mas no poder. Pense que me habia escapado de las sesiones de taconeo, pero parece ser que no.
La nueva Taconitos parece una Granadina rancia del club de los 'Malafollá' , que es el termino utilizado para los Granadinos mas desagradables, intratables, impertinentes, y que tienen los bolsillos mas largos, y los brazos mas cortos (me refiero con esto que suelen ser mas racanos que los Catalanes). En fin, que en la viña del Señor hay de todo, sin duda.
Espero que se parta un tacon, y se haga mucha pupita en los tobillos.
