He comenzado el año sin agenda. Llevaba exactamente 20 años anotando en una agenda fisica mis viajes, cosas importantes, ganancias, pagos, peso, y fallecimientos importantes de familiares, amistades, y famosos requetefamosos como Lady Di, o Michael Jackson.
Lo de los famosos no se porque lo hacia, pero siempre me ha llamado la atencion leer biografias, y quizas de ahi deriva esa curiosidad. Tambien mi batalla y montaña rusa con los kilos lo iba anotando. Otra cosa que solia apuntar era mi ubicacion en ese dia, y si hacia un viaje, del sitio de salida, hasta el punto de llegada, marcando los sitios importantes de la ruta.
Tambien apuntaba los kilometros que hacia en bicicleta. Estaba hecho un leño hace unos años. Me estoy planteando volver a montar en serio, y mas ahora que Manolo se ha apuntado al ciclismo, entre Granada y Monachil City. El caso es que hasta hace poco, he sido mas o menos consistente y regular metiendo entradas en mi agenda, pero desde que me he enfrentado a mi 39+1, he empezado a dejar eso de lado.
Comence mi diario por varias razones. Por llevar un control de mis asuntos, y por otro lado, empezar a crear la estructura de mi autobiografia, que sigue un pelin estancado (tras dos años sin escribir ningun capitulo). Pero habia una razon todavia mas rocambolesca. Tener una prueba de las actividades de mi padre en relacion a la contratacion de barcos hotel en la Expo 92 de Sevilla.
Tanto a el como a mi nos pasaron muchas cosas en relacion con ese asunto, y pense que en caso de testificar contra los malos de esa peli de terror y corrupcion , ambos podriamos recurrir a mi diario para poner en orden la cronologia de las peticiones de maletines negros con billetes de curso legal de alto octanaje dentro, amenazas, las reuniones, los viajes a la otra punta de Europa, etc.
Luego, de la gente que yo conoci, solo citaron a testificar a un ingeniero de Alicante, amigo de muchos años de mi padre, que no pudo aportar nada importante al asunto. Siempre me ha parecido extraño que nunca nos preguntasen sobre esos hechos, cuando se que teniamos los telefonos de por lo menos una oficina pinchados, y nos seguian dos tios en un coche de forma regular, hasta que se hartaron de comprobar que pasabamos todo el dia entre Granada y Sevilla.
Quizas por eso tenia mi diario. Ahora tengo algo que lo suple con mucha mas comodidad. Es mi Moleskine. Una libretilla del tamaño de una cuarta parte de un folio, forrado en cuero, y con papel de alta calidad. En el apunto las cosas mas importantes, y las restantes las archivo en mi cabeza.
No es tan necesario tomar nota de todo. Ademas, con Face, Twitter, correo electronico, blog, y cosas de esa indole voy sobrado para llevar una cronologia de mis andanzas. Probablemente mas detallado que antes, pero fraccionado en diferentes tematicas y asuntos. Pero me esta dando miedo la importancia que esta empezando a tener mi portatil. Tengo archivado miles de fotos, y muchas horas de trabajo.
Ya tuve una conversacion hace unos tres años sobre la desidia a la hora de usar mi agenda. Ya es oficial, soy un tio sin agenda, pero con un Moleskine que lleva a todas partes.