Hola querid@s.
Disculpadme por no haber publicado el mes pasado el cuarto capitulo de mi autobiografia, pero he estado meditando en exceso de como enfocarlo.
El ultimo año en Londres supuso un cambio muy brusco y un giro inesperado debido a los crueles acontecimientos que ocurrieron aquel año. Mi padre empezo a tener problemas serios con el fisco britanico, porque en el ejercicio 76-77, su empresa contaba con un equipo de contables, dirigidos por un nefasto personaje, que basicamente, para dejar esto cortito y agil.
El elemento en cuestion era un hombre 'gris' cincuenton, que se ocupaba de la declaracion de impuestos, y el posterior pago de los impuestos. En Inglaterra, incluso entonces, la cosa era muy serio si les metias un gol, y este empleado engaño a mi padre, y estafo al fisco britanico.
Lo detectaron con relativa celeridad, y mi padre sabia que habria una orden de arresto contra el, asi como contra el empleado, que huyo con un dinero que cambio hasta la actualidad el destino de una familia entera.
Cambiamos de domicilio, porque empezaron a embargar todo lo que podian pillar, mientras mi padre buscaba un equipo de abogados para salvarle el culo, depues de algo causado por alguien que habia desparecido con una cantidad de dinero que ,seguramente, no hizo mas que tener que estar escondido lejos de su pais el resto de sus dias.
La nueva casa era un anodino vivienda pareada, en un suburbio de una ciudad de las afueras de Londres. Tenia un par de pisos, y estaba de una via de tren, y un supermercado. El colegio estaba a un par de cientos de metros, y todos ibamos con un uniforme. Mi madre, viendo que la cosa economica se estaba poniendo realmente dificil, empezo a ceder sus joyas a mi padre, para que el a su vez, los empeñase.
El negocio familiar practicamente quebro en esos meses, por los embargos del fisco, y los gastos legales, mientras presumiblemente, el hombre 'gris' disfrutaba de unos dineros obtenidos con el sangre y sudor de nuestro futuro familiar, en las playas Brasileñas mas exclusivas.
Mientras mi padre hacia lo imposible por escaparse de la carcel, y la ruina mas absoluta, mi hermano y yo ibamos al colegio. Me acuerdo poco de ese colegio, solo que me meti en un follon por 'volar' con los brazos extendidos, en el patio, con un amiguito haciendo lo mismo que yo, y consiguiendo que se estrellase el contra un arbol, al ir directo hacia el arbol, y apartarme en el ultimo momento. Solo se hizo un cichoncillo, pero me cayo una bronca delante de la directora.
En otra ocasion, nos visito la Reina Isabel II, y en el patio, alineado con mi hermano, nos regalo a varios de los estudiantes mas jovenes, una moneda o medalla en un estuche, del tamaño de una cajetilla de Ducados. No se porque lo hizo, ni si me lo gane por algo, pero me acuerdo de esa señora entonces cincuentona, rodeado de policias y escoltas, como alguien agradable, aunque de porte muy señoriego y regio.
En el supermercado, tuve un incidente con un tarro de mayonesa marca 'Kraft' de tamaño familiar (calculo unos dos kilos de mayonesa en vena). Por alguna razon, se cayo al suelo, llenando todo de mayonesa y cristal. Mi madre no paraba de gritarme, y creo que ahi mi intolerancia al huevo comenzo en plan serio.
La presencia en mis recuerdos de mi tia Linda, tio Jeffrey, y primo Andrew empezaron a tomar mucha relevancia, ya que pasabamos mucho tiempo con ellos, y nos ayudaron mucho en nuestro exodo que tendria lugar en unos meses. Mi tio Jeffrey era todo un personaje, con su poblada barba, y su pelo rizado castaño, y un sentido del humor que sigue vivo en mi. Fabricaba perfumes, y murio hace unos años siendo multimillonario.
Otro de mis tios, Peter, trabajaba para el grupo hotelero Marriott, y le recuerdo como alguien que yo veia fugazmente en esos años, acompañado de su mujer de origen japonesa, mi tia Valerie.
El caso es que tuvimos varios picnic en el campo, y me acuerdo de visitar un zoo con mi familia, y la familia de mi tio Jeffrey, que iba en una furgoneta Ford amarillo ese dia, y que rodo un video en High-8 que me encantaria volver a ver.
Volviendo a mis padres, mi madre cambio un abrigo de piel por un Lancia Fulvia de color burdeos, con tapiceria de cuero blanco y volante a la izquierda. El plan inicial de mi padre, viendo que la cosa se estaba poniendo calentito, era dejar Inglaterra, y desaparecer hasta que prescribiera lo de la hacienda Britanica, por consejo de sus abogados. Se jugaba unos meses de carcel, pero opto por esta posibilidad. Teniamos amigos en Brasil, que habian emigrado con dinero, y que nos prometieron ayudar.
Ademas, unos años atras, mi padre habia ayudado a una amiga brasileña de mi madre, quue se habia puesto enferma, y habia sido hospitalizada en Londres. Pues bien, el pago sus gastos hospitalarios. La chica le devolvio luego el dinero, y resulto ser de la familia que controlaba la Volkswagen en Brasil. Mi padre contaba con un trabajo con ellos, tras contactarla contandole la pelicula.
Pero nos hacia falta el coche, para viajar por carretera hasta Alicante, donde mi padre conocia gente. Mi padre queria pasar unos meses ahi, antes de seguir hasta Brasil, para 'habituar' un poco a mi madre a un nuevo pais.
Vamos, que pasar el verano del 77 en la zona de Benidorm era una buena preparacion antes de viajar hasta Brasil.
Las ultimas semanas en Inglaterra fueron bastante tristes, porque mis padres sabian de antemano que la cosa se ponia al rojo vivo, y el arresto de mi padre era inminente. El Lancia, con el que cruzariamos toda Francia y España, a pocos dias de nuestra ida, revento el motor. Me acuerdo como lo subian a la grua, y mi padre se hacia a la idea de que no iba a ser posible hacer el viaje en coche.
Ya habian hecho arreglos para que nuestros dos perros, Bucket y Smelly, pasaran la cuarentena obligatoria de seis meses en Inglaterra, antes de ser enviados a Alicante, y posteriormente, a Brasil. Smelly ya tenia 17 años, y muchos dudaron de que podria sobrevivir la cuarentena, pero os anticpo que lo hizo, y que vivio unos años mas en nuestra compañia.
Asi que vendieron el coche tal cual, por lo que le dieron. Y una mañana, nos recogio el tio Jeffrey, con un Ford Granada familiar blanco. Era una mañana humeda y nublado, y teniamos que ir de Londres a Dover, en la costa, para coger un Hovercraft hasta Calais, en Francia. Mi madre no paraba de sollozar, y mi tio tranquilizaba a mi padre, con frases del tipo 'ya veras como se arregla todo', y 'seguro que te vuelves a hacer rico en Brasil', y ' me encargare de conseguirte todo el dinero que necesitas de la gente que te debe dinero', y 'seguro que este cambio os sienta bien'.
Pasamos de camino cerca de Brighton, mi ciudad fetiche britanico favorito de todos los tiempos, y circulando por una carretera desde el cual se veia toda el paseo maritimo, y la linea costera, vimos como uno de los 'Piers' o parques de atracciones sobre pontones de madera que se interna en el mar, ardian por los cuatro costados. Eso fue algo historico, y en mi visita a Brighton en el año 96, los lugareños me confirmaron lo del incendio, y pude ver que en mas de veinte años, el segundo y mas antiguo Pier, seguia semi derruido.
En Dover nos despedimos de mi tio, entre litros de lagrimas, y recuerdos intensos. Un hombre frances nos observaba, y mi padre le conto que estabamos en pleno exodo de las Islas Britanicas. Subimos todos juntos al Hovercraft, que es un especie de hidro-barco que va sobre un colchon de aire a gran velocidad. Nos toco cruzar el canal de la Mancha en medio de fuertes olas, y mi hermano y yo no paramos de vomitar en todo el trayecto.
Ya en Francia, mi padre buscaba desesperadamente la forma de llegar a Paris, y el frances volvio a aparecer, para ayudarnos a llegar a Paris, desde donde tomariamos un tren hasta Madrid, y de ahi, en coche o autobus, o como fuera, hasta Benidorm. Nos ofrecio pasar la noche en su casa, y a llegar hasta la estacion de trenes para ir a Madrid. Tranquilizo a mi madre, que estaba histerica, y esa tarde ya estabamos en Paris, a poca distancia de la Tour Eiffel, que yo podia ver desde la ventana del dormitorio donde pase la noche con mi hermano.
Con un buen desayuno frances en el cuerpo, en un rato ibamos camino de las Españas, en un incomodo tren. Tardamos una tarde, y una noche entera, y parte del dia siguiente. Llegamos a Madrid, sin saber que habiamos llegado, porque estabamos dormidos. Un revisor nos desperto y montamos en un taxiu negro con rayas rojas, en direccion a un hotel.
Pasamos un dia y noche en el hotel, y en una de nuestras salidas, una de las mujeres de la limpieza me robo unos prismaticos muy bonitos, que usaba para ver cosas que no se ven muy bien sin prismaticos. Eso me dio mal rollo, y me parece que no fue lo unico que nos robo. La barrera idiomatica era tremenda, y mi padre, que habia vivido en Barcelona 6 meses a principios de los 60, no conseguia hacerse entender my bien. El caso es que contrato los servicios de un taxista de Madrid, que acordo llevarnos los 400 y pico kilometros hasta Benidorm, en un 1430 negro de los que iban a butano.
Fue un viaje larguisimo, por carreteras del tercer mundo ( era el año 1977..), y tardamos muchas horas. Al atardecer, ya cerca de Benidorm, vi un toro encima de una colina, con el atardecer atras, y conforme se hacia mas grande al acercarnos, mi hermano y yo nos asustamos bastante. Luego me di cuenta que habia tenido mi primer encontronazo con uno de los simbolos mas ibericos y mas geniales de todos los tiempos, el toro de Osborne, ahora indultado, y convertido en monumento del patrimonio nacional, por cuestacion popular.
Llegamos a Benidorm de noche, a la casa de un anticuario amigo de mi padre. Pasamos ahi la noche, en la vieja casona, que sigue en pie, en la antigua nacional 341, en una habitacion llena de trastos.
Al dia siguiente, mi padre encontro un piso en la playa del Albir, a escasos 5 kilometros de la tienda-casa de su amigo. Era un piso construido en los años 60, con vistas al mar, a unos escasos 200 metros de la playa, andando por un cañizal. Los primeros dias y semanas fueron tranquilos, y mis padres nos metieron en una guarderia-colegio a escasos metros del piso, en un chalet aislado.
Ahi nos obligaban a hacer la siesta, y el calor me parecia terrible. Mientras, mis padres bebian en exceso, conocian mucha gente rara, iban a la playa durante todo el dia, y lo mas inteligente de todo, se apuntaron a clases de conversacion en castellano. Eso les marco desde el principio, ya que la mayoria de los anglosajones de la zona pasaban de aprender a hablar castellano.
Pasado unas semanas, mi padre empezo a hacer algunas chapucillas, como pintor de brocha gorda, pintando varios pisos y casas en Albir. Yo le acompañaba esporadicamente. Solia ir andando, hasta que se compro su primer coche en España, que era un viejo MG cuatro puertas, de color azul desteñido.
Empezamos rapidamente a asimilar las buenas costumbres Ibericas, y a chapurrear el Castellano Cervantino mas basico...